lunes, 3 de enero de 2011

Cosas de la guerra. Ester Escrich.


Estábamos en época de guerra cuando mi madre murió y yo me quedé con mis abuelos (entonces mi padre era soldado). Me aburría mucho en casa de mis abuelos, no tenía nada con que jugar. Un día nos bombardearon unos alemanes. Yo, muy asustado, me escondí en la buhardilla, pero a mis abuelos no les dio tiempo y murieron.

Me quedé con mi tía en un pequeño pueblo de unos 400 habitantes donde todo el mundo se conocía. Me costó un tiempo acostumbrarme a vivir con ella.
Hice muchos amigos y amigas y todos los días nos íbamos al río que pasa por el pueblo.
Un día volví a casa y vi a mi tía sentada en el portal, me dijo que le habían mandado una carta el ejército que decía que mi padre había muerto en la guerra. Fue un mes donde han muerto muchos familiares míos. Mi mejor amigo se llama David, me ayuda mucho porque él también se mudó varias veces.

Estaba en casa de mi tía cuando oí un ruido. Mi tía preocupada salió a ver lo que era, y ya no le he vuelto a ver, las últimas palabras que dijo fueron " corre, corre, nos están invadiendo los nazis!". Me costó asimilarlo pero hice caso a mi tía y corrí hacía las montañas donde me vería a salvo. Allí me encontré con David. Nos quedamos solos, comiendo las cosas que encontrábamos por la montaña.
Un día, todo fue calma y nos dimos cuenta que no había nadie en el pueblo, los habían llevado hacía el este. Decidimos ir al pueblo a ver si podíamos salvar algo, comida, juguetes, recuerdos... todo lo que hiciera falta. En el pueblo aún quedaban llamas del fuego, nos quemamos un poco la ropa, pero conseguimos salvar herramientas útiles y algunas piezas de comida.
Pensamos un plan, vamos a viajar hacia los pueblos del Sur para tener más ayuda.
En unos días nos encontramos con un pueblo de unos 100 habitantes, decidimos reunir a todos los niños y a contarles nuestra historia. No llamamos a los adultos por que sabíamos que no iban a dejar que los niños fueran. La mayoría de los niños aceptaron. Y así fuimos por muchos pueblos hasta que llegamos a tener miles de niños a nuestro favor. Pensaba en un plan, en el plan de derrotar a los Nazis y salvar a todas esas personas. De repente tuve una idea, en el pueblo hay unas alcantarillas donde los más pequeños podían meterse y llegar hasta la prisión. Antes de nada tuve que hacer un discurso para levantar los ánimos, ya que tendríamos que improvisar a la marcha:
-Estamos todos aquí para luchar por nuestras familias que nos están esperando ahí fuera, rezando para que alguien los salve, y ese alguien somos nosotros. Ya se que somos niños, pero tenemos imaginación y esa imaginación se puede hacer realidad.
Les dije el plan y empezamos. Los pequeños lo hicieron todo bien, se metieron por las alcantarillas hasta llegar a los barrotes que daban a la prisión. Tuvimos suerte que los barrotes estaban oxidados y casi rotos, pero tenían un problema, casi no cabían por las alcantarillas. Antes de nada, los niños fueron andando para ver que había al final del túnel, estaba el río. Corriendo sacaron a todos de allí y los condujeron hasta en río, la luz del sol era muy fuerte y les mareo un poco.
Llevaron a todos a la cueva.
La historia de la guerra ya sabéis como acabó, pero no sabéis la del pueblo:
Lo hablaron todos los padres y consiguieron una solución, era demasiado peligroso quedarse y decidieron viajar a la ciudad a salvarse. Y así hicieron. Con sus recursos compraron unas medallas para los niños y no les subestimaron nunca más. Después de 3 años, cuando derrotaron a los Nazis, volvieron al pueblo y lo reconstruyeron, al final todos fueron felices.
En cuanto a mí, continué viviendo con mi tía, nos llevamos muy bien y la vida continuó.

3 comentarios:

  1. Hola soy María de 1ºF. Lo que mas me a gustado de tu cuento es lo bien que lo has explicado. Y lo que menos me a gustado es que es un poco largo.

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  2. Hola, soy Manuel Marqués Romero de 1ºF:
    La historia me ha gustado mucho , es muy interesante y muy curiosa, además está muy bien explicada.

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  3. Hola soy Jaime de 1ºE.
    Lo que más me ha gustado de tu historia es lo trabajada que está.
    Sin embargo, me ha deprimido un poco porque muere mucha gente. Menos mal que el final está lleno de esperanza.

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