sábado, 8 de enero de 2011

Caperucita Amarilla. Ana Latorre.


Había una vez una niña muy fea. Su madre le había hecho una capa amarilla, a ella no le gustaba demasiado pero como fue un regalo de su madre no tuvo más remedio que ponérsela, como la llevaba todos los días los vecinos de la aldea la empezaron a llamar Caperucita Amarilla.
Su madre tenía una pastelería, ella le pidió que llevase unos pasteles a los ancianos de la aldea, recomendándole que no se entretuviese por el camino y no se juntara con gente extraña, había rumores de que cerca de la aldea vivía un lobo, pero Caperucita no le tenía miedo.
Caperucita Amarilla recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña no tenía amigos porque nunca salía con ellos y los niños le insultaban, de repente apareció el lobo, era muy, muy grande, con mucho pelo y de color marrón.
Como el lobo vio triste a la niña le preguntó:
-¿Qué te pasa?- le preguntó el lobo con su voz dulce.
-Estoy triste, porque no tengo amigos. Caperucita se sorprendió con la voz de éste, ya que al verlo se pensaba que sería mala persona, ella se ilusionó porque pensaba que iba a encontrar un nuevo amigo.
- ¿A dónde vas?-Dijo el lobo.
-A repartir estos pasteles a los ancianos de la aldea- le dijo Caperucita.
-¿Quieres que te acompañe?-Dijo el lobo.
-Vale.-Respondió Caperucita.
Fue tan grande la confianza que cogieron ambos que el lobo le ayudó a repartir los pasteles.
Los guardias civiles que paseaban por el pueblo vieron a Caperucita que estaba con el lobo, ellos se alarmaron porque pensaron que le podía hacer daño.
Se acercaron y preguntaron:
-¿Qué pasa? No le hagas daño a la niña es demasiado joven para ti, y además es un ser humano, tú vete al bosque y deja a Caperucita en paz.
El lobo respondió: -No pretendo hacerle daño la he visto sola y quería ayudarle, y al mismo tiempo encontrar yo también amigos.
Entonces los guardias civiles se quedaron tranquilos, ya que vieron las buenas intenciones del lobo. El lobo y Caperucita fueron a repartir los pasteles por la aldea.
Una vez finalizada la tarea, fueron a casa de Caperucita, su madre se alarmó al ver que su hija iba con el lobo del bosque, y le dijo:
-¿Pero hija con quién te has juntado?- Te dije que no te juntaras con malas compañías.
La niña le respondió:-Es muy buen amigo, me ha ayudado mucho, quiero que se quede a vivir con nosotras, me ha hecho muy feliz.
Su madre le dijo no estoy conforme porque es un animal y tiene que hacer su vida en el bosque, me parece perfecto que mantengas una relación con él, de este modo puede venir a casa cuando él quiera, siempre será bien recibido pero a vivir no.
Una vez su madre dio el visto bueno Caperucita y el lobo quedaban todas las tardes para merendar y contar sus hazañas.

1 comentario:

  1. Hola Ana soy Sandra López Carot de 1ºF:
    Lo que más me ha gustado de tu historia es que es un poco graciosa y lo que menos es que insulten a Caperucita. Yo cambiaría que en vez de insultar a Caperucita diría que no tenía amigos.

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