lunes, 10 de enero de 2011

Albert. Marisol Torres.


Érase una vez en un niño un poco tímido y mieduca llamado Albert.
Un día de invierno su madre le mandó que llevara a su tía una caja con bombones, pero que no se parara a hablar con nadie porque le podían hacer daño. Como el vivía en la ciudad tenía que recorrer mucho camino hasta llegar a casa de su tía y de camino un amable hombre paró el coche y le dijo que le llevaba a donde el fuera y como Albert estaba muy cansado subió.
El señor le llevó hasta donde le había dicho Albert pero no le dejo en la puerta si no le dijo que subiera por una cuesta por la que adelantaría más y en verdad le mintió y el señor mientras Albert subía por la cuesta larga subía por una más corta.
A la que el señor llegó a casa de la tía de Albert, abrió la puerta con un gancho y como el señor resulta que era un actor al que habían metido en la cárcel y se había escapado engañó a la tía de Albert para que se metiera en el armario y se disfrazó de ella justó para cuando Albert llegó a la casa.
Albert llegó y tocó a la puerta, entró y le dio los bombones, de repente se dió cuenta de que la voz de su tía al decir gracias había sonado como la del hombre del coche y corriendo llamó a la policía. La policía se llevó al señor otra vez a la cárcel y felizmente Albert y su tía se comieron los bombones.

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