viernes, 31 de diciembre de 2010

 ¿Quien quiere comprar la ciudad de Estocolmo? Tania Martínez


Había una vez un pequeño pueblo en el que vivía un hombre que se sentía honrado por su trabajo. Decía que podía vender todo lo que la gente quisiera. Un día llego una pobre mujer que era muy sincera.
Ella le dijo:
-¿Tienes un balón para mis hijos?
El buen hombre le respondió:
- Claro que tengo un balón.
La mujer recibió el balón y sus hijos fueron felices por el momento.
Aquel día el barbero del pueblo se acerco al mercado de pueblo. Entonces vio al pequeño comerciante.
El barbero le pregunto:
-Que cosas tienes para vender.
El hombre del mercado respondió.
-Tengo de todo.
El barbero sorprendido le dijo:
- Quiero un cuadro en buen estado, una cartera para guardar todo mi dinero, un coche de juguete para su hijo, una sartén para mi mujer y para sus hijas una radio con la que pudieran escuchar música.
El comerciante estaba contento ya que le habían comprado. El barbero le dio todo el dinero que le debía por el cuadro, la cartera, el coche de juguete, la sartén y la radio.
El barbero le pregunto:
-¿Vendes ciudades?
El comerciante le dijo:
-Si.
El barbero le respondió:
-Quiero Estocolmo
El comerciante le vendió la ciudad.
Una mujer que pasaba por el mercado le dijo:
-Señor barbero, está loco.
Pero el barbero le dijo:
-Para locas ya esta usted.
Al día siguiente el barbero todo ilusionado por su compra se fue a Estocolmo.
El barbero le decía a la gente:
-Yo soy vuestro rey, he comprado Estocolmo.
Los habitantes de allí murmuraban:
-Ese no está bien, está loco.
El barbero fue al ayuntamiento de la ciudad.
Le dijo al alcalde:
-Señor Estocolmo es mía.
El ayudante del alcalde le dijo:
-Perdone pero el comerciante al que usted le ha comprado le ha mentido porque las ciudades no se pueden vender. Ni toda la gente de la ciudad.
El barbero por fin reconoció que aquel comerciante le había mentido.
El barbero se despidió del ayudante.
-Adiós y gracias por haberme hecho recapacitar.
El barbero se fue rápidamente a su pueblo para hablar con el comerciante y que le devolviera todo el dinero que le había cobrado por la ciudad.
En cuanto llego al mercado le dijo al comerciante:
-Quiero todo el dinero que te he pagado por la ciudad.
El comerciante empezó a reírse.
El hombre le dijo:
-No te pienso dar ni un solo céntimo por la ciudad, la compraste. Ahora te la quedas,no te daré el dinero jamas.
El barbero le dijo:
-Pues yo no quiero la ciudad, te lo digo en serio, te vas a quedar con tu ciudad. Mañana volveré y al otro si hace falta, pero al final me darás todo mi dinero.
El comerciante le respondió:
-Ya veremos.
Al día siguiente el barbero estuvo allí como lo prometió y al otro también. Pero algo cambio ese día.
El comerciante le dijo:
-Toma tu dinero,eres un pesado y no me vuelvas a marear más por lo de la ciudad.
El barbero por fin tenía el dinero aunque no lo necesitaba por que el barbero era rico se sentía mejor sabiendo que le habían dado todo el dinero del timo.

4 comentarios:

  1. Ola soi guillem maroto córcoles
    tu trabajo esta muy bien me gusta cuando le devuelve el dinero al barbero creo q no deverias cambiar nada.

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  2. Hola soy Vicente B.
    Me ha gustado que nadie se burle del barbero.No me ha gustado que el barbero sea tan tonto,yo no se que debería cambiar.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. hola tania soy emelin de 1ºG me ha encantado aunque hay demasiados dialogos

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